Etiquetas

,

Por circunstancias sociohistóricas ha surgido el famoso lenguaje «políticamente correcto», nacido para evitar malentendidos lingüísticos. Hay numerosos ejemplos de este tipo de lenguaje:

El que inventaron los estadounidenses, bien por mala conciencia o por los movimientos a favor de las personas negras de los años 60, «afroamericano». Cierto es que durante mucho tiempo se utilizaba el término «negro» como despectivo hacia esta raza, pero ahora, con la mezcla de culturas que hay por todo el globo, no veo necesario un eufemismo tan exagerado y más cuando es una palabra que solo refiere a los habitantes negros en América. ¿Un negro en Europa debería llamarse «afroeuropeo? ¿Qué pasa si la persona en cuestión no ha nacido en África? Ya no se puede considerar africano a pesar de sus raíces. Si seguimos esta lógica, a los propios americanos deberíamos llamarlos «europamericanos» por sus raíces europeas. ¿Es el color tan importante para tener que inventar nuevas palabras para «no ofenderlos»?

Uno al que le tengo gran aversión es el de añadir el femenino a los términos genéricos: AMPA (Asociación de Padres y Madres de Alumnos), por ejemplo. Cuando la norma dicta que el masculino plural es genérico, ¿por qué los defensores de la «igualdad» se empeñan en darle una patada al diccionario y añadirle el femenino a todo? En mi opinión, es un atentado en contra de la economía del lenguaje y el buen hablar. No le veo sentido a que haya gente que se sienta ofendida por no añadir el equivalente femenino a un masculino plural que ya lo engloba.

Los verbos ser y estar también están metidos en el ajo. El verbo ser se utiliza para describir la esencia, lo permanente, mientras que el estar sirve para lo pasajero, lo cambiante. Es por eso, que los defensores del lenguaje políticamente correcto defienden el verbo estar para el adjetivo «pobre» (por poner un ejemplo), defendiendo que la pobreza no tiene por qué ser para siempre (te puede tocar la lotería, alguien puede ayudarte…). A pesar de que en este aspecto, los políticamente correctos «respetan al 100%» la norma establecida, discrepo en sus argumentos, ya que, dependiendo de qué verbo se utilice, las connotaciones son muy distintas. «Ser pobre» es algo, por desgracia, que dura para siempre en demasiadas personas de este mundo y, aunque no sea así, el hecho de ser pobre es algo que condiciona totalmente la forma de vida de una persona, al igual que ser rico. ¿O acaso es lo mismo «ser rico» que «estar rico»?

Estos son tres de los cientos de casos que hay de este tipo de lenguaje. Cada uno, claramente, tiene su opinión a favor o en contra, yo simplemente he dado mi humilde opinión: el lenguaje políticamente correcto es humanamente incorrecto.