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Antes de empezar con el tema que hoy me interesa y de que se me tache de «anticatalanista», «antigaleguista» o cualquier otro anti-ista, quiero aclarar que, como titulo esta entrada, no es ninguna opinión política la que voy a exponer, sino meramente lingüística.
Hoy en día, por evitar conflictos sociopolíticos o simplemente por moda, los medios de comunicación nombran ciudades de Cataluña, País Vasco y Galicia en los idiomas de sendas comunidades, es decir, Lleida, Ourense, Donostia… Esta tendencia es totalmente innecesaria para mí, ya que en castellano tienen sus nombres. Al igual que no decimos London ni New York, no comprendo ni comparto la lógica de preferir Lleida a Lérida.
Del mismo modo que en catalán (por ejemplo) existen y se utilizan nombres de otras ciudades y provincias españolas como Osca (Huesca), si existen topónimos gallegos, vascos y catalanes en castellano, ¿por qué ignorarlos? Voy a poner un ejemplo muy claro: en castellano hablamos de «La Dama de Elche», no de «La Dama de Elx». ¿Y si la escultura en cuestión fuese de Orense? ¿O de Gerona?
Ni mucho menos estoy defendiendo el uso exclusivo de los nombres de lugares en castellano en detrimento de los demás idiomas peninsulares, sólo defiendo el castellano y su vocabulario. Como he argumentado en otras entradas, tenemos un idioma hermoso y rico y no me cabe en la cabeza las razones de «embellecerlo» con vocabulario y expresiones en otros idiomas (excepto el latín) que ya existen en el nuestro. Igualmente no me parecería bien que hablantes de gallego, vasco o catalán utilizaran palabras en castellano existentes y comunes en tales idiomas.
Respetemos las lenguas. Es la mejor forma de mantenerlas vivas.